Una familia de emprendedores elabora desde hace más de 40 años este famoso alfajor, y pocos saben que tiene marca registrada. Una historia que vale la pena contar. Es ideal para acompañar una ronda de mate, para la hora del té o para el postre. Es uno de esos casos en que la marca supera al producto y se convierte en genérico. Y, particularmente, es para chuparse los dedos. El Rogel, alfajor artesanal elaborado con dulce de leche y merengue, aunque pocos lo saben, es una marca registrada. Los responsables, una familia de emprendedores, cuentan a Cosas Nuestras el devenir y los secretos de este producto que se degusta en muchos puntos del país.

María del Rosario “Charo” y Ricardo Balbiani comenzaron hace 45 años a preparar y vender un alfajor con una receta europea en restaurantes de la zona de Barrio Norte, en Buenos Aires. “El Rogel ya existía y era conocido, lo hacía un matrimonio de Belgrano que tenía un local de venta al público. A mi la marca me encantaba”, recuerda Ricardo. Era un alfajor de cuatro capas, con dulce de leche bastante líquido y cubierto con merengue italiano para contener al dulce. Completaban la decoración una pastillas de adorno.

A comienzos de los 90, el fabricante del Rogel falleció y los familiares pusieron las máquinas en venta, porque decidieron dejar de trabajar. Los Balbiani no dudaron. “Le compramos las máquinas y estábamos muy contentos porque en el acuerdo también nos quedábamos con la marca”. No tardaron en registrar la marca Rogel, y así comezó la segunda etapa de este producto que llega a la actualidad con todo su valor artesanal intacto. La elaboración tan genuina y los ingredientes tan cuidados, seguramente ayudaron a que la empresa subsistiera a pesar de las contingencias del país y de la personalidad emprendedora de Ricardo. “Siempre estuve intentando emprendimientos”, confía sonriendo, mientras cuenta que en lo primeros tiempos hacía el reparto en tachos de aluminio que tenían varios clavos. El problema era que los trasladaba en colectivo y “siempre le rompía las medias a las señoras que estaban cerca”. Pronto decidió cambiar el embalaje.

El auténtico Rogel

Una casa particular readaptada para cumplir con la gran demanda, es hoy la fábrica artesanal de este producto. Batidoras, hornos, sobadoras, son algunos de los implementos que ambientan el lugar, en el barrio porteño de Villa Urquiza. Trabajan 5 personas, “y no hay amasadoras”, aclara Charo Balbiani, quien afirma que “se amasa todo a mano porque sale mucho mejor”. El armado también es a mano y el cuidado en la selección de los productos muestra el valor que tiene cada paso de la elaboración. “El dulce de leche es especial”, afirma Charo y explica que “tiene una consistencia y una humedad, que controlamos con mucho cuidado”. Hace 20 años, los Balbiani incorporaron una nueva opción para el tradicional Rogel. “El que hacemos desde el principio tiene 8 capas de masa con dulce de leche y cubierto con un glaseado blanco, que le da consistencia y que marcado da entre 12 o 16 porciones. Después incorporamos un Rogel más blando, con cobertura de merengue italiano que se usa más para fiestas”, explica Ricardo. Lo cierto es que este postre reconocido en todo el país, tiene tradición bien ganada, y esta familia se encarga de mantenerla viva todos los días.

Esta es una gran receta en versión de Osvaldo Gross. Recuerdo escucharlo con su habitual serenidad y precisión, compartir la receta del Rogel. Apenas había comenzado cuando, entre sonrisas, mencionó: “Esta es la receta de hoy, seguramente van a querer saber el paso a paso”. Como si ya supiera que todos estaríamos pendientes de cada movimiento que hacía.

Empezó explicando, con su típica pasión por los detalles, que este alfajor no era cualquier alfajor. “Hay un millón de alfajores, pero este...”, decía mientras señalaba la masa, “es una masa muy particular que se puso de moda hace unos 20 años. Lleva partes iguales de harina de trigo y crema de leche”. Y ahí es donde comenzó la magia.

Con una destreza casi hipnótica, tomó los 300 gramos de harina que había medido con exactitud y añadió 300 gramos de crema de leche doble. De repente, una chispa de nostalgia brilló en sus ojos cuando comentó cómo esa crema de leche lo había acompañado desde la infancia: “Hasta de chico se veía esta crema. Mi papá trabajó en la industria láctea toda su vida”. En ese momento, el ambiente se llenó de recuerdos, como si esa receta familiar tuviera más historia de lo que parecía a simple vista.

Osvaldo siguió explicando las variantes: “Podemos hacerlo con la crema común, la clásica. Pero la crema doble... esa tiene mucho más suntuosidad, mayor contenido graso”. Su rostro se iluminaba al hablar de cómo esta elección marcaría la diferencia, asegurando un resultado que prometía ser simplemente espectacular.

Esta es su receta, te invito a prepararla

postrerogel

Ingredientes

Para la masa:

300 g de harina
300 g de crema de leche (preferiblemente doble)
1 cucharadita de polvo leudante (opcional)
1 cucharadita de sal

Para el relleno

Dulce de leche repostero

Para el merengue italiano

2 claras de huevo
150 g de azúcar
50 ml de agua
1 cucharadita de jugo de limón o vinagre de manzana

Paso a Paso

1. Preparar la masa

Mezclar los ingredientes: En un bol, coloca los 300 g de harina y agrega los 300 g de crema de leche doble. Añade una pizca de sal y, si deseas, una cucharadita de polvo leudante para que la masa quede más aireada.
Formar la masa: Mezcla hasta obtener una masa uniforme. Si prefieres, puedes agregar ralladura de limón o esencia de vainilla.
Reposar la masa: Envuelve la masa en film plástico y refrigera por 2 a 3 horas, o de un día para otro.

2. Estirar y cortar la masa

Estirar la masa: Una vez reposada, estira la masa sobre una superficie enharinada hasta obtener un espesor de aproximadamente 3 mm.
Cortar los discos: Con un cortador redondo o un plato, corta discos de aproximadamente 20 cm de diámetro.
Pinchar los discos: Usa un tenedor para pinchar la masa y evitar que se formen burbujas al hornear.

3. Hornear las capas

Hornear: Coloca los discos en una bandeja para horno sin engrasar y hornea a 190-200°C durante 7-10 minutos, hasta que estén dorados.
Dejar enfriar: Retira las capas del horno y deja enfriar completamente.

4. Armar el Rogel

Montar las capas: Coloca un disco de masa, cubre con una capa de dulce de leche repostero, y repite el proceso con todas las capas. No sobrecargues de dulce para que no se desarme.

5. Preparar el merengue italiano

Hacer el almíbar: En una olla, calienta el azúcar con el agua y el jugo de limón hasta que alcance una temperatura de 120°C (firme burbujeo).
Batir las claras: Mientras el almíbar se cocina, bate las claras a punto nieve. Una vez el almíbar esté listo, incorpóralo en forma de hilo mientras sigues batiendo hasta que el merengue esté firme y brillante.

6. Decorar

Cubrir con merengue: Con una manga o una espátula, cubre el Rogel con el merengue italiano.
(Opcional) Dorar el merengue: Puedes usar un soplete para dorar ligeramente el merengue si lo deseas.

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