El panko es una especie de pan rallado japonés. El Panko se fabrica a partir de pan rallado elaborado mediante calentamiento óhmico. Este modo de elaboración de pan se desarrolló en
Japón durante la Segunda Guerra Mundial y permite fabricar pan sin corteza muy adecuado para rallarlo posteriormente. La carne, pescado y muchos productos se pueden "empanar o rebozar" con panko. Tras la fritura, el panko da al rebozado un efecto crujiente y un tanto aireado.
El panko se produce en todo el mundo, particularmente en países asiáticos como Japón, Corea, Tailandia, Taiwán y Vietnam.
El panko, por su textura más gruesa, aporta un toque crujiente a los empanados y rebozados que no se consigue con nuestro tradicional pan rallado. Una vez frito queda muy crujiente, es ligero y más digestivo, pues la miga de pan absorbe menos aceite. Con panko se consiguen platos menos calóricos y más livianos.
La diferencia entre el panko y nuestro pan rallado tradicional es que el primero se elabora únicamente con la miga del pan que se pica fresca, nunca tostada, en trozos gruesos e irregulares, y se seca posteriormente dentro del horno a muy baja temperatura.
El pan rallado tradicional de occidente, por el contrario, se elabora con pan seco y duro, utilizándose todas sus partes, es decir, miga y corteza, y se pulveriza hasta obtener una textura muy fina.
Es un producto con un costo bastante elevado, pero es muy sencillo prepararlo. Veamos como.
Receta
Ingredientes
- Rebanadas de pan de molde (Cant. necesaria)
Elaboración
- Cortar la corteza de las rebanadas de pan de molde que se vaya a utilizar. El número de éstas dependerá de la cantidad de panko que se quiera hacer. No obstante, si se conserva en buenas condiciones (en un recipiente hermético) y en un lugar seco sin humedad ni demasiada luz, puede llegar a durar semanas.
- Una vez se tengan todas las rebanadas sin corteza, cortarlas en trozos de un tamaño medio-grande, bien sea con las manos, como si se arrancaran pedazos, sin presionar demasiado para no aplastarlos.
- Precalentar el horno a 100 grados.
- Ponerlo en la procesadora y triturar unos segundos. El resultado que se busca es el de unas migas que no sean diminutas, por lo que tras unos 5 segundos comprobar si éstas necesitan más tiempo o no. Si no se tiene una procesadora, no habrá problema alguno en hacerlo a mano, sin ejercer mucha fuerza con los dedos.
- Forrar una bandeja con papel de horno y extender las migas por encima hasta que queden esparcidas. Es importante que no queden apelotonadas o conglomeradas para que todas puedan secarse por igual.
- Meter al horno (con calor por la parte superior e inferior) y dejar unos 10 minutos, estando pendientes de que se sequen pero no se tuesten y, mucho menos, se quemen. Tienen que mantenerse, en todo momento, blancas.
- Transcurridos esos minutos, mover con ayuda de una cuchara de madera, las migas y mantener en el horno entre 3-4 minutos más para que nos queden bien secas.
- Cuando estén listas, bastará con sacarlas y dejarlas enfriar (en cualquier sitio seco, nunca en la heladera).
- Una vez frías, guardar en un frasco hermético donde no llegue ni la luz ni la humedad.