En Gastronomía el término “confitar” se refiere a una técnica de cocción de alimentos, a baja temperatura, normalmente en un medio graso, aceite o manteca, junto con aromatizantes, sobre
todo hierbas y especias. Se pueden confitar carnes, pescados y verduras, como en esta ocasión, tomates confitados.
Tradicionalmente se ha asociado este término casi en exclusiva con la elaboración de productos dulces o con la conservación (confit) de piezas de ave como el pato en su propia grasa. En la actualidad, lo que entendemos por confitar en el mundo de la cocina es una manera de obtener unas cualidades específicas con esta cocción suave: una superficie brillante, una textura delicada, gelatinosa, una apariencia translúcida en los bordes y, lo que es más importante, una supervivencia de los aromas propios del producto fresco.
Para preparar los tomates usaremos los tomates perita, de sabor intenso e interior jugoso. Pueden usarse tomates de racimo o cherry, pero habra más proporción de piel. En vez de cocinarlos dentro del aceite, los haremos al horno, a baja temperatura, para que pierdan la mínima cantidad de jugos y concentren todo su sabor.
Receta
Ingredientes
- 750 g de tomates peritas
- 6 dientes de ajo
- 1 cucharada de vinagre balsámico
- 4 ramitas de tomillo fresco
- 90 ml de aceite de oliva
- 1 cucharadita de pimenta negra
Paso a paso
- Precalentar el horno a 100 grados.
- Lava y escurre los tomates y corta los ajos en trozos grandes.
- Prepara una bandeja de horno y añade en le fondo la mitad del aceite 45 ml, la ramas de tomillo y los trozos de ajos.
- En un recipiente pequeño mezcla el resto del aceite con la cucharada de vinagre balsámico y la pimienta negra.
- Coloca los tomates en la bandeja o fuente de horno, verter la mezcla anterior de aceite y vinagre.
- Hornear al minimo, uno 100/120 grados durante 1 hora y media aproximadamente (se debe ver que los tomates estén ya tiernos pero no se hayan roto
- Deja enfriar los tomates, retira las ramas de tomillo y coloca los tomates, ajos y el aceite en el recipiente.
- Podés conservarlos en un frasco esteril.
- Añadir más aceite si hace falta hasta cubrir.
- Se puede conservar en un lugar fresco y oscuro hasta 2 meses Luego de abierto conservar en la heladera.
- O podés usarlos inmediatamente por ejemplo en estos exquisitos Tramezzinos.