Llegó el día, parecía que jamás iba a suceder, pero aquí estamos subidos a un sueño forjado durante años, todo está preparado para partir y nuestros ojos se encuentran con la ruta, buscando... Pero que buscamos en realidad ahí afuera? Hay miles de tesoros que están escondidos, desperdigados, ocultos a simple vista. Sólo hay que ir a descubrirlos y conectarlos con un mundo con demasiado acceso a la información, pero que sin embargo curiosamente permanece desconectado a la realidad de los orígenes, de las fuentes.
Es posible que sea sólo la falta de interés, en temas que quedaron en la historia, o quizás simple desconocimiento de su existencia.
La comida es el lenguaje universal que une a los pueblos y hoy partimos en su búsqueda. Kilómetros a recorrer, caminos perdidos, pueblos olvidados, secretos jamás contados e historias encantoras, de esas que salen en las peliculas y nunca más se olvidan.
Caminos que nos llevarán a las fuentes de la mitológica olla popular, un recipiente mágico que existe en cada pueblo, de cada región, de cada país y que por su propia existencia, derrumba las fronteras, uniendo los puntos invisibles, que conforman una línea por ahora desdibujada, pero que nos empeñaremos en remarcar. Porque no hay fronteras, no hay límites, no hay muros, sólo la inagotable fuente de nuestra pasión por aprender.