No existen muchos cafés que cumplan las extrañas características de esta curiosa variedad recolectada en Indonesia, pero ¿vale la pena pagar tanto? Poco podían imaginar los nativos de

Bali o Sumatra que un día iban a ser los productores del café más caro del mundo. La tradición de estas islas, que no es única en el mundo, pero sí muy rara, consistía en recolectar las heces de un roedor llamado civeta, en busca de granos de café. Y es que las civetas no digieren el grano, pero al pasar por su sistema digestivo, las enzimas cambian su sabor, eliminando gran parte de su amargor.

Está claro que no parecía algo muy exportable. Tras recoger los granos hay que limpiarlos, pelarlos y ponerlos a tostar, aunque en un proceso mucho menos agresivo que en el que se hace con el café que no ha sido ingerido por las civetas, ya que no se quiere alterar su delicado y original sabor. Hay que tener en cuenta que la variedad de grano que se usa es la más habitual en la zona, es decir, arábica, aunque también se puede pedir por encargo otro tipo de café. Por ejemplo, en Vietnam, donde podemos encontrar un producto similar, se usa robusta.

Todo este proceso, además de por su sabor único, hizo que el kopi luwak se convirtiera poco a poco en el café comercial más caro del mundo, llegando a superar la barrera de los 900 euros por kilo. Las condiciones también influyen en la producción total, que apenas llega a los 500 kilos de manera anual.

De hecho, en los últimos años se ha incrementado la producción debido al uso de civetas en cautividad, lo que hace mucho más sencillo el hecho de darles de comer café y también la recolección de las heces. Esta práctica ha sido denunciada por organizaciones ecologistas debido a las condiciones en las que se mantienen a los animales.

Sin embargo, pese a todo, el kopi luwak se ha visto sustituido por otro curioso café de similares características que se produce en Perú y que es procesado por otro roedor, el coatí. Su precio ha llegado a pasar de los 1000 euros el kilo gracias al uso de granos de café de mayor calidad.