Quiza la gran penetracion cultural mediante la televisión y el cine nos ha hecho creer que sus origenes son americanos o anglosajones contemporaneos , sin embargo el origen de los pancakes

es muy anterior a esas sociedades y tiene raíces religiosas. Los antecesores de los pancakes se remontan al siglo IV o V, cuando durante la Cuaresma no sólo estaba prohibido por la Iglesia el consumo de carne sino también de manteca, huevos, queso o leche

Es ahi cuando actua el ingenio, de modo que quienes ayunaban empezaron a preparar una pasta a base de harina de trigo y agua que se cocinaba extendiéndola en capas muy finas sobre piedras muy calientes. Algunos siglos más tarde las autoridades de la iglesia permitieron en la dieta de Cuaresma la leche, huevos y manteca, que se añadieron a la pasta de harina dando origen a lo que hoy en día son los pancakes.

En la época medieval, era costumbre en aldeas y monasterios preparar grandes cantidades de pancakes el primer martes de ayuno de Cuaresma, para compartirlos con todos los vecinos del lugar que, tras consumir una parte ese mismo día, reservaban los sobrantes para comerlos durante los cuarenta días de abstinencia debido a su buena conservación.

Son múltiples las variantes de pancakes que se encuentran en Europa y el continente americano. despues de todo los crepes franceses o belgas no son sino un pancake más fino.

En Alemania se preparan a base de papa, del mismo modo que los placki ziemniaczane, en Polonia. En Rusia y otros países eslavos son los blinis, que se comen a cualquier hora del día, dulces o salados, rellenos de carnes o como base para cualquier pescado ahumado.

En Sudamérica se conocen como panqueques y son muy similares a las crepes, con una masa delgada que se rellena con mermelada o dulce de leche y también con pollo o verduras como las espinacas para preparar por ejemplo canelones o torres de panqueques. Y logicamente, Norteamerica que los consume a diario como parte del típico desayuno de pancakes, macedonia de frutas, café, chocolate caliente, mermelada de moras o jarabe de arce, aunque también los consumen con algunis ingredientes salados como las salchichas.

Tal es la popularidad de este alimento en los países anglosajones que en Gran Bretaña, Australia, Irlanda, Nueva Zelanda y algunas zonas de Estados Unidos se celebra el Pancake Day, Pancake Tuesday o Shrove Day, que coincide con el Martes de Carnaval, en el inicio de la Cuaresma. En muchas ciudades se organizan carreras de pancakes, en las que muchas personas, generalmente disfrazadas, corren llevando una sartén con un pancake que hay que voltear mientras se corre y recoger sin que se caiga. Claro está, gana el primero en llegar a la meta, ¡pero con su pancake intacto! La más tradicional tiene lugar en Olney, en el condado de Buckinghamshire y se celebra desde 1445.

La mayoría de pancakes que estamos acostumbrados a saborear son los habituales de americanos. Sin embargo hoy les dejamos la receta de esta version escocesa, los Scotch Pancakes, menos conocidas, pero muy sabrosos. Son más pequeños, esponjosos y gruesos, elaborados con levadura como las americanas.

Allí se toman tanto en el desayuno como en el afternoon teao, acompañadas habitualmente de mantequilla y mermelada, azúcar y un chorrito de limón o de golden syrup (jarabe de azúcar). También resultan excelentes con frutos rojos, bananas, jarabe de arce o helado de vainilla.

pancakes

Scotch Pancakes. La siguiente receta procede de la web de turismo de la capital escocesa, Edimburgo.

Ingredientes (para unas 30 tortitas pequeñas):

  • 250 gramos de harina de repostería
  • 1 cucharadita y media de polvo de hornear
  • 1 huevo
  • 1 cucharada de aceite de girasol
  • 300 mililitros de leche
  • 30 gramos de azúcar glass
  • Sal
  • Mantequilla para freir

Paso a paso

  1. Vertemos la leche, el aceite y el huevo en un recipiente y los mezclamos bien. En un recipiente aparte mezclamos la harina, la levadura, el azúcar glas (previamente tamizados) y la sal. Añadimos los ingredientes líquidos a los sólidos y batimos la mezcla hasta obtener una masa homogénea.
  2. Calentamos una sartén antiadherente de fondo grueso y la untamos con un poco de mantequilla.
  3. Con la ayuda de una cuchara, vertemos pequeñas cantidades de masa en la sartén. Cuando aparece burbujas en la superficie de las tortitas, les damos la vuelta y seguimos friéndolas hasta que estén doradas.
  4. A medida que vamos retirando las tortitas, las colocamos en un plato cubriéndolas con un paño de cocina para que no se enfríen. Una vez preparadas todas, las espolvoreamos con azúcar glas y las servimos con el acompañamiento que deseemos.