En muchas creaciones artísticas la gastronomía es una protagonista más y en este artículo repasamos la aparecida en algunas de las series televisivas y literarias más famosas de los últimos
tiempos. La mayoría, además, viene con recetario bajo el brazo.
El mundo de la ficción ha empleado la gastronomía como un recurso más a la hora de narrar historias. Es parte fundamental de muchos relatos e incluso es también protagonista. Esta pieza angular de tantas series de televisión, sagas literarias, películas o piezas teatrales, capaz de definir personajes, forjar personalidades o abrirnos el apetito, ha dado lugar a recetarios basados en esas obras y lo que en ellas se cocina.
Los Soprano
En pocas series de televisión se come tan bien y la gastronomía es tan importante como en Los Soprano. El mafioso de Nueva Jersey, el gran Tony, sucumbe ante los placeres del buen comer no tanto por necesidad, simple gusto o instinto primario, sino como una vía de escape a su complicada vida.
Ese pollo alla cacciatora de Carmella, su mujer, esos asaltos furtivos a la nevera, esos festines en el restaurante de Artie Bucco, ese desfile incesante de suculentos platos de pasta, esos indescriptibles bocadillos de pastrami… tanta comida y tan deliciosa para el carismático criminal que HBO la recogió en 2012 en el The Sopranos Family Cookbook.
Supuestamente escrito por el mismísimo chef de El Vesubio tras la apertura de su nuevo local tras el incidente del anterior con la mafia, la obra aglutina dos centenares de recetas típicas de la cocina italiana, napolitana y de Avellino, la localidad italiana de la que son oriundos tanto Artie como Tony.
Con constantes referencias a la serie, el recetario realmente escrito por Michele Scicolone nos propone encerrarnos en la cocina a preparar delicias como el Sunday Gravy. Básicamente un plato de pasta rigatoni con albóndigas aderezadas con perejil, ajos, sal y pimienta y una salsa hecha con chuletas de cerdo, carne de ternera, salchichas, ajo, tomate, albahaca, aceite de oliva, sal, pimienta y agua. La familia Soprano disfrutaría viéndonos degustar este manjar.
True Blood
Los vampiros han dejado de ser seres de ficción para convertirse en realidad, la sociedad ha visto cómo las criaturas han salido de las sombras para reivindicarse como algo tangible y una chica especial, la camarera con poderes Sookie Stackhouse, lo está viviendo de forma intensa. ¿De qué serie hablamos? De True Blood, una creación de Allan Ball para la HBO donde la gastronomía cajún juega un importante papel.
La cocina cajún tiene un gran papel en esta serie
Dicen los entendidos que esta serie basa su éxito en integrar de forma perfecta seres como los vampiros en historias verosímiles del día a día, en detalles de lo real y cotidiano en el que, especialmente y dado el trabajo de la protagonista, la gastronomía aparece recurrentemente. Así en el estado de Luisiana, donde presumiblemente se encuentra el ficticio pueblo de Bon Temps en el que se localiza el serial, la cocina debía ser la tradicional de los descendientes de desplazados franco-canadienses.
Platos repletos de frijoles rojos con arroz, tazones de guisado de quimbombó o dips de langostinos son una constante y toda esa gastronomía tradicional que podemos ver en la serie, aderezada con toques vampíricos, se recoge en True Blood: Eats, Drinks, and Bites from Bon Temps.
Escrito por la chef cajún Marcelle Bienvenu, la obra recoge más de ochenta recetas de platos típicos y una veintena de bebidas con particulares pinceladas carmesí y nombres tan apropiados como “Huevos con estacas” o “Amor en el aquelarre”.
Treme
El huracán Katrina y sus terribles consecuencias en Nueva Orleans son el punto de partida de la serie Treme. Tres meses después del desastre, los ciudadanos intentan reconstruir sus vidas y los personajes, varios músicos, una abogada, un policía o una chef muestran cómo la sociedad de esta mítica ciudad resurge de sus cenizas, no sin dificultad, a lo largo de los años que siguieron aquel fatídico mes de septiembre de 2005.
Entre todas las historias, perfecto relato ficcional de una triste realidad, la gastronomía al igual que la música o el carnaval ejercen de hilo conductor convirtiéndose casi en un personaje más.
La cocinera por ejemplo, que antes del paso del ciclón regentaba un restaurante, calma su nostalgia en la Nueva York a la que ha tenido que ir a buscarse la vida cocinando platos criollos. Los personajes que quedan en la ciudad por otro lado, recuerdan con añoranza los beignets, las king cakes o la jambalaya que tomaban en establecimientos ahora cerrados.
Todos, en definitiva, expresan sin tapujos que la Big Easy no volverá a ser la misma sin que todo vuelva a la normalidad, incluida su gastronomía. No volverá a ser la misma sin que los restaurantes saquen de sus cocinas, con alegría, humeantes platos tan representativos de la urbe estadounidense como el étouffée, ese delicioso estofado de arroz y mariscos.
Mundodisco
Mundodisco es quizás una de las sagas de literatura fantástica más célebres de todos los tiempos. Obra del escritor británico recientemente fallecido Terry Pratchett, se extiende a lo largo de cuarenta títulos en los que todo sucede sobre un mundo plano sostenido por cuatro elefantes que, al mismo tiempo, se sostienen sobre el caparazón de una gran tortuga estelar, Gran A’Tuin.
En este cosmos de fantasía de estética medieval y en ocasiones victoriana, donde mil y una historias tienen lugar, la gastronomía juega un papel importante y se ve materializado en la figura de una de las brujas que aparecen en la serie, Tata Ogg.
Aunque su función principal es la de médico del pueblo, el de sanar como el resto de brujas, la gastronomía es parte de su vida. De hecho, en el mundo de Mundodisco es la autora de un libro de cocina afrodisíaca que ha llegado a best seller y en la realidad, a través de la escritura del mismo Pratchett, de Nanny Ogg’s Cookbook.
El libro que transporta lo culinario de la saga Mundodisco y de Tata Ogg recoge sus recetas fantásticas traducidas con ingredientes de verdad y recetas dedicadas a personajes de las novelas que podemos preparar sin demasiada dificultad en nuestra propia casa.
Destacando elaboraciones como la de las pastillas de extracto de rana del tesorero de la Universidad Invisible o la del pan y el agua de Lord Vetinari, el extenso compendio incluye una parte dedicada a la etiqueta, los modales en la mesa o en banquetes especiales. Algunas míticas recetas del libro best seller en Mundodisco, como la sopa sorpresa de banana, tiene también su espacio.
El señor de los anillos
En 1954 el escritor británico J. R. R. Tolkien publicó El señor de los anillos, una novela de fantasía épica que a lo largo de su historia ha cosechado numerosos éxitos. El más reciente e importante fue la adaptación cinematográfica en forma de trilogía que realizó el cineasta Peter Jackson entre 2001 y 2003.
Protagonizada por hombres, seres antropomorfos llamados hobbits y otras criaturas tanto reales como fantásticas, la historia ubicada en la ficticia Tercera Edad del Sol de la Tierra Media narra la aventura del hobbit Frodo Bolsón por destruir el Anillo Único y evitar así una cruenta guerra.
El largo viaje del protagonista por alejar la principal fuente de poder oscuro de su creador, Sauron, lo llevará a embarcarse en mil y una aventuras y, entre tanto, mostrarnos lo aficionados que son los de su raza a la buena comida, la buena bebida y la buena vida. Los hobbits físicamente son pequeños, orondos, ciertamente rollizos y con protuberante barriga, y todo ello encuentra su origen en su alimentación, basada en seis generosas comidas diarias regadas generalmente con cerveza.
Para uno de los varios desayunos que realizan diariamente, carne picada mezclada con papas; como pequeño aperitivo, una libra de salchichas con salsa a base harina, leche, huevos y mantequilla; si deseamos algo así como un híbrido entre una sopa y una ensalada, la suerte de estofado de riñón de buey y ternera; como plato principal, unos imprescindible haggis muy similares a los típicos escoceses; y para terminar, como postre, unos dumplings dulces aunque también pueden hacerse salados. ¿Necesitamos más? Pues el recetario online de la película de El hobbit, primera obra en explorar el universo Tolkien, está a nuestra disposición.
Canción de hielo y fuego
Está siendo un completo fenómeno editorial y televisivo en España, Europa y el mundo. Hablamos de la serie literaria Canción de hielo y fuego, una novela fantástica escrita por George R. R. Martin en 1996 que con la serie televisiva Juego de tronosha alcanzado su fama.
Si por algo se caracterizan estas novelas de ficción medieval más allá de las complejas tramas bélicas y políticas y su explicitud de la violencia o el sexo, es por los enormes banquetes que se celebran y que el estadounidense describe con todo lujo de detalles.
Esta pasión por la comida que rezuman y tan bien explican los libros fue el detonante para que dos cocineras aficionadas y seguidoras de la saga, Chelsea Monreo-Cassel y Sariann Lehrer, creasen el blog The Inn At The Crossroads (La posada de la encrucijada). Allí recogían su amor por la obra de fantasía recreando los platos que en ella aparecen haciendo servir técnicas de elaboración encontradas en tratados medievales y empleando los ingredientes más semejantes posibles.
Esta titánica labor les mereció el reconocimiento de los fans y en última instancia del mismo Martin, que quiso llevar a cabo con ellas la realización del recetario Festín de hielo y fuego. El libro reparte las recetas extraídas de Canción de hielo y fuego entre las diferentes regiones que componen este mundo medieval —El Muro, Invernalia o Desembarco del Rey— y abarca las diferentes comidas del día, desde el desayuno a la cena pasando por la comida, los postres e incluso las bebidas.
Así por ejemplo podemos aprender a preparar un desayuno de El Muro, compuesto por un filete de jamón asado, dos huevos, dos buenas rebanadas de pan rústico, mantequilla y ciruelas pasas; una trucha envuelta en bacon, una de las cenas de la novela Choque de reyes; o los pastelitos de limón, los preferidos de Sansa Stark, que fue la primera receta de su saga que degustó el propio escritor.